Ven
Virgen Pura y Bendita! Ven! Virgen María Madre mía. Guerrera Poderosa contra Satanás
y los espíritus inmundos que me desean atacar y vencer.
Guerrera
de oración, guerrera apoyada por la Corte de Ángeles celestiales, guerrera
sostenida por el Espíritu de Dios. Por la Santísima Trinidad elevada a la
victoria contra el mal.
Ven
Virgen Pura y Bendita!, Poderosa Madre del Universo, ven y guerrea junto a mí,
que me siento débil y frágil.
Apoyo
mío! Virgen Reina del Cielo, mira que me atacan, me persiguen y me sobresaltan
las cosas de este mundo. Protégeme de mí mismo, de mis tendencias al pecado, a
caer por las insidias del maligno.
¡Guerrea
conmigo! Poderosa Virgen Inmaculada, Virgen Pura y Bendita. Colócate en cada
esquina de mi casa, de mi trabajo, de mis lugares de estudio o descanso, donde
me encuentre, protégeme, se tú mi fuerza, mi muralla y refugio. Vela por mi
alma y mi cuerpo, acúname y rodéame con tu Santo Rosario poderoso y vencedor.
Guerrea
a mi lado por los que desean hacerme daño; que tu pecho virginal sea mi escudo,
tus manos fuentes de agua pura detengan a mis enemigos, tus ojos luces
poderosas los alejen, tus palabras amorosas paralicen cualquier obra maléfica
contra mí y mi familia. Tu Corazón Inmaculado me sostenga, tus pies benditos
derroten al enemigo que me acecha.
Por
el día por la tarde y por la noche, seas Tu ¡Oh! María mi guerrera, mi
protección; alza tu Poderoso Manto, ¡Madre mía! y envuélveme en él. Que ahí
estoy en el centro del Sí. En el centro de la Encarnación, en Tu Corazón
Inmaculado.
Ahí
no tendré miedo, ¡Oh! Reina del Cielo, desde ahí envuelto me llevas a las Manos
de Jesús.
Confío
en que has escuchado mis plegarias, gran Intercesora, quédate conmigo guerrera
de mi alma, quédate conmigo hasta que Dios me llame y acompáñame en ese trance,
de Tu Mano no me sueltes y sonriendo me deleites.
Madre
aquí, Madre allá, Madre Infinita del Verbo Encarnado, que nunca me aparte de tu
lado, siempre de tu mano sostenido, siempre de tu mano protegido.
Madre
amada de mi alma, te venero, Velo purísimo del Cielo, Oh! Virgen Gloriosa y
Bendita! anhelo de los mortales, Amorosa Guerrera mía.
Amén.