lunes, 16 de octubre de 2017

San Ignacio de Antioquía, el que está lleno del fuego del amor



Ignacio significa: "lleno de fuego" (Ingeus: fuego). Nuestro santo estaba lleno de fuego de amor por Dios.


Antioquía era una ciudad famosa en Asia Menor, en Siria, al norte de Jerusalén. En esa ciudad (que era la tercera en el imperio Romano, después de Roma y Alejandría) fue donde los seguidores de Cristo empezaron a llamarse "cristianos". De esa ciudad era obispo San Ignacio, el cual se hizo célebre porque cuando era llevado al martirio, en vez de sentir miedo, rogaba a sus amigos que le ayudaran a pedirle a Dios que las fieras no le fueran a dejar sin destrozar, porque deseaba ser muerto por proclamar su amor a Jesucristo.

Dicen que fue un discípulo de San Juan Evangelista. Por 40 años estuvo como obispo ejemplar de Antioquía que, después de Roma, era la ciudad más importante para los cristianos, porque tenía el mayor número de creyentes.

Mandó el emperador Trajano que pusieran presos a todos los que no adoraran a los falsos dioses de los paganos. Como Ignacio se negó a adorar esos ídolos, fue llevado preso y entre el perseguidor y el santo se produjo el siguiente diálogo.
  • ¿Por qué te niegas a adorar a mis dioses, hombre malvado?
  • No me llames malvado. Más bien llámame Teóforo, que significa el que lleva a Dios dentro de sí.
  • ¿Y por qué no aceptas a mis dioses?
  • Porque ellos no son dioses. No hay sino un solo Dios, el que hizo el cielo y la tierra. Y a su único Hijo Jesucristo, es a quien sirvo yo.
El emperador ordenó entonces que Ignacio fuera llevado a Roma y echado a las fieras, para diversión del pueblo.


Encadenado fue llevado preso en un barco desde Antioquía hasta Roma en un largo y penosísimo viaje, durante el cual el santo escribió siete cartas que se han hecho famosas. Iban dirigidas a las Iglesias de Asia Menor.

En una de esas cartas dice que los soldados que lo llevaban eran feroces como leopardos; que lo trataban como fieras salvajes y que cuanto más amablemente los trataba él, con más furia lo atormentaban.

El barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades salían el obispo y todos los cristianos a saludar al santo mártir y a escucharle sus provechosas enseñanzas. De rodillas recibían todos su bendición. Varios se fueron adelante hasta Roma a acompañarlo en su gloriosos martirio.
Con los que se adelantaron a ir a la capital antes que él, envió una carta a los cristianos de Roma diciéndoles: "Por favor: no le vayan a pedir a Dios que las fieras no me hagan nada. Esto no sería para mí un bien sino un mal. Yo quiero ser devorado, molido como trigo, por los dientes de las fieras para así demostrarle a Cristo Jesús el gran amor que le tengo. Y si cuando yo llegue allá me lleno de miedo, no me vayan a hacer caso si digo que ya no quiero morir. Que vengan sobre mí, fuego, cruz, cuchilladas, fracturas, mordiscos, desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos con tal de poder demostrarle mi amor al Señor Jesús". ¡Admirable ejemplo!.

Al llegar a Roma, salieron a recibirlo miles de cristianos. Y algunos de ellos le ofrecieron hablar con altos dignatarios del gobierno para obtener que no lo martirizaran. Él les rogó que no lo hicieran y se arrodilló y oró con ellos por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo. Como al día siguiente era el último y el más concurrido día de las fiestas populares y el pueblo quería ver muchos martirizados en el circo, especialmente que fueran personajes importantes, fue llevado sin más al circo para echarlo a las fieras. Era el año 107.

Ante el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. Él oró a Dios y en seguida fueron soltados dos leones hambrientos y feroces que lo destrozaron y devoraron, entre el aplauso de aquella multitud ignorante y cruel. Así consiguió Ignacio lo que tanto deseaba: ser martirizado por proclamar su amor a Jesucristo.

Algunos escritores antiguos decían que Ignacio fue aquel niño que Jesús colocó en medio de los apóstoles para decirles: "Quien no se haga como un niño no puede entrar en el reino de los cielos" (Mc. 9,36).

San Ignacio dice en sus cartas que María Santísima fue siempre Virgen. Él es el primero en llamar Católica, a la Iglesia de Cristo (Católica significa: universal).

ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno,
tú has querido que el testimonio de
tus mártires glorificara a toda la Iglesia,
cuerpo de Cristo; concédenos que,
así como el martirio que ahora conmemoramos
fue para san Ignacio de Antioquía causa de gloria eterna,
nos merezca también a nosotros tu protección constante.

Pon en nuestros corazones Dios un amor tan puro y vivo
como el de tu siervo San Ignacio de Antioquía, para
así vivir una llena de tu presencia y de pasión por ti.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

miércoles, 5 de julio de 2017

Invocación a la Virgen María



María, hija de Israel, tú has proclamado la misericordia ofrecida a los hombres, de edad en edad, por el amor misericordioso del Padre.


María, Virgen Santa, Sierva del Señor, tú has llevado en tu seno el fruto precioso de la Misericordia divina.

María, tú que has guardado en tu corazón las palabras de salvación, testimonias ante el mundo la absoluta fidelidad de Dios a su amor.

María, tú que seguiste a tu Hijo Jesús hasta el pie de la cruz con el fiat de tu corazón de madre, te adheriste sin reserva al servicio redentor.

María, Madre de misericordia, muestra a tus hijos el Corazón de Jesús, que tú viste abierto para ser siempre fuente de vida.

María, presente en medio de los discípulos, tú haces cercano a nosotros el amor vivificante de tu Hijo resucitado.

María, Madre atenta a los peligros y a las pruebas de los hermanos de tu Hijo, tú no cesas de conducirles por el camino de la salvación.

Virgen y Madre



Oh Virgen santísima,
Madre de Dios,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
míranos clemente en esta hora.
Virgo fidélis, Virgen fiel, 
ruega por nosotros.


Enséñanos a creer como has creído tu. 
Haz que nuestra fe
en Dios, en Cristo, en la Iglesia, 
sea siempre límpida, serena, valiente, fuerte, generosa.
Mater amábilis, Madre digna de amor. 
Mater pulchrae dilectiónis, Madre del Amor Hermoso, 
¡ruega por nosotros!


Enséñanos a amar a Dios y a nuestros hermanos 
como les amaste tú;
haz que nuestro amor a los demás 
sea siempre paciente, benigno, respetuoso.
Causa nostrae laetítiae, causa de nuestra alegría, 
¡ruega por nosotros!

Enséñanos a saber captar, en la fe, 
la paradoja de la alegría cristiana, 
que nace y florece en el dolor, 
en la renuncia, 
en la unión con tu Hijo crucificado:
¡haz que nuestra alegría 
sea siempre auténtica y plena 
para podérsela comunicar a todos! 
Amén.

VIRGEN FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE



¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de la salvación para todo el mundo!, vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias.


¡ Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro preciado transmitido por nuestros padres.


¡Oh Virgen poderosa, que con tu pie aplastas la cabeza de la serpiente tentadora!, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las que hemos renunciado a Satanás, a sus obras y seducciones, y sepamos dar al mundo un gozoso testimonio de esperanza cristiana.

¡ Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón maternal a las invocaciones de la humanidad, a veces lacerada por el desamor y hasta, desgraciadamente, por el odio y la guerra! enséñanos a crecer, todos juntos, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial. Amén.

martes, 18 de abril de 2017

Oración al Santo Ángel de la guarda, nuestro compañero de vida



Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.


Aunque espíritu invisible, sé que te hayas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.

En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.

Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.


En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.

Oración para la protección de nuestros hijos



Dios mío protege a mis hijos. Oración por Protección


Gracias Dios por mis hijos, por sus preciosas vidas
hoy te pido que los protejas del mal,
que seas un escudo alrededor de ellos,
que sean librados de peligros,
de personas con malas intenciones,
malas palabras y mala reputación.
Señor, que tus ángeles cuiden a mis hijos,
protégelos de toda enfermedad o virus del ambiente,
que haya un cerco protector dondequiera que vayan,
cuando entren o salgan del hogar sean bendecidos,
cúbrelos con tu sangre preciosa
que derramaste en una cruz para salvación.

Señor, que mis hijos busquen hacer lo que es correcto,
que sus pies no los lleven a lugares de maldad,
guarda sus mentes de pornografía, de necedades,
de planear el mal contra otros,
líbralos de vivir en falsedad y en mentiras.

Gracias Señor por amar a mis hijos
y por escuchar mi oración.
Con todo mi corazón te alabo y te bendigo
porque eres mi Dios y mi salvador. Amén.

Oración a la Virgen Desatanudos para amor, dinero, trabajo y salud



María, Santísima Madre de Dios, y Madre nuestra,
que actúas bajo la fuerza y la inspiración del Espíritu Santo,
y eres la reina de los Ángeles que te asisten en todo momento.


Como nuestra Madre, tú sabes que nuestra vida está llena
de pequeños y grandes nudos,
de problemas que parecen no tener solución,
tanto en nuestras necesidades como en la vida sentimental.
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Por mediación tuya nos dirigimos a nuestro Dios Padre,
por Jesucristo y en el Espíritu Santo,
unidos a todos los ángeles y todos los santos.

María coronada de doce estrellas,
Virgen de la Inmaculada Concepción,
con la luna bajo tus plantas,
que pisas con tus santísimos pies la cabeza de la serpiente,
fomentadora de todo mal y maldad
causa de toda flaqueza e imperfección:
no nos dejes caer en la tentación del maligno.

Mujer gloriosa llena de la presencia del Señor,
libéranos de cada esclavitud, confusión e inseguridad,
Madre generosa,  danos tu gracia y tu luz
y ayúdanos en nuestras adversidades,
te rogamos humildemente:
desata los nudos de nuestras dolencias físicas
y de las enfermedades incurables.

Desata los nudos de nuestros conflictos psíquicos,
de nuestras desesperanzas, angustias y miedos.

Desata los nudos en nuestras penurias y carencias económicas,
en todo aquello que nos hace sentir infelices.

Desata los nudos en nuestras familias
y en el trato con nuestros hijos y personas queridas.

Desata los nudos en la esfera profesional,
en la imposibilidad de encontrar a un trabajo digno
ó en la esclavitud de trabajar con exceso.

Desata todos los nudos de nuestros corazones
para ser libres de amar con generosidad.

Desata los nudos en nuestra relación de pareja,
en las infidelidades, falta de unión y desamor.

Santa María escúchanos, líbranos de todo mal,
desata los nudos que aprisionan nuestro corazón,
y alcánzame solución y alivio en esto que tanto me atormenta:

(pedir lo que se desea conseguir).

Madre santísima, desata nuestros nudos, ruega por tus hijos,
¡siempre seas alabada y bendita por ayudarnos!


Amén.

Oración a la Virgen María para recibir un favor muy especial



Virgen Santísima Inmaculada y Madre mía María,
a Vos, que sois la Madre de mi Señor,
la Reina del mundo,
la abogada, la esperanza,
el refugio de los pecadores,
acudo en este día yo,
que soy el más miserable de todos.


Os venero, ¡oh gran Reina!,
y os doy las gracias por todos los favores
que hasta ahora me habéis hecho,
especialmente por haberme librado del infierno,
que tantas veces he merecido.

Os amo, Señora amabilísima,
y por el amor que os tengo
prometo serviros siempre y hacer cuanto pueda
para que también seáis amada de los demás.

Pongo en vuestras manos toda mi esperanza,
toda mi salvación;
admitidme por siervo vuestro,
y acogedme bajo vuestro manto,
Vos, ¡oh Madre de misericordia!

Y ya que sois tan poderosa ante Dios,
libradme de todas las tentaciones
o bien alcanzadme fuerzas
para vencerlas hasta la muerte.

Os pido un verdadero amor a Jesucristo.

Espero de vos tener una buena muerte;
Madre mía, por el amor que tenéis a Dios
os ruego que siempre me ayudéis,
pero más en el último instante de mi vida.

No me dejéis hasta que me veáis salvo en el cielo
para bendeciros
y cantar vuestras misericordias
por toda la eternidad.

Así lo espero.


Amén.

Oración a la santísima trinidad para recibir un milagro



Santísima Trinidad, Dios Trino y Uno,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, principio y fin nuestro,
postrado delante de Ti te rindo homenaje:
¡bendita y alabada sea la Santísima Trinidad!;
a Ti, Trinidad Santísima sea todo honor,
gloria y alabanza por toda la eternidad,
de todo corazón creo en Ti y tu fiel devoto deseo ser,
yo ....... acudo a Ti con entera confianza
para pedirte me vea siempre libre del mal
así como de todas las adversidades y peligros,
y en mis necesidades, te ruego, me otorgues tu favor.


Padre del Cielo, Jesús Buen Pastor, Espíritu Santo,
os suplico por la intercesión y merecimiento
de la Santísima Virgen María,
me deis vuestra ayuda, guía y protección
en todos los asuntos y preocupaciones de mi vida.

Gloria a Ti Dios Padre, fuente de bondad y eterna sabiduría,
de ti procede la vida, de ti nos viene el amor,
haz que todo momento obre con rectitud y prudencia
para gozar de los bienes y consuelos que me envías;
acuérdate que soy tu hijo-a,
y apiádate de mis padecimientos, de mis necesidades
y concédeme asistencia en esta difícil situación:

(pedir con mucha fe lo que se desea conseguir).

Gracias Padre misericordioso por estar ahí.

Gloria a Ti Dios Hijo del Padre Celestial
en cuyo Sagrado Corazón mi alma encuentra refugio,
enséñame a imitar fielmente tu vida y tus virtudes,
dame firmeza y constancia para cumplir tus enseñanzas
y haz que practique más a menudo obras de caridad,
no me abandones en las luchas diarias,
líbrame de los lazos que me tienda el enemigo,
aléjame y protégeme de toda adversidad que me perturbe
y concédeme tu milagrosa ayuda en este problema:

(repetir la petición con gran esperanza).

Gracias mi buen Jesús por estar a mi lado
en los momentos de desesperanza y angustia.

Gloria a Ti Espíritu Santo, claridad que todo lo ilumina,
y que eres el gozo, la armonía y la alegría de la creación,
haz que sea siempre dócil a tus divinas inspiraciones
dame paz, dame auxilio en mis carencias y problemas
y concédeme tu ayuda para que pueda alcanzar
lo que en estos momentos tanta falta me hace:

(repetir confiadamente lo que se desea obtener).

Gracias Espíritu Divino de Amor por auxiliarme
cuando todo está oscuro y necesito Luz.

Madre y Reina mía, Señora de los Cielos
Tú que estar tan cerca de la Santísima Trinidad
ruega por mí y mis actuales problemas y carencias,
sé Tú mi abogada y media para que mi suplica sea atendida,
haz que obtenga el milagro que tanto preciso en mi vida.

Gracias mi amada Madre, bendita Virgen María,
por tan ser comprensiva y atender siempre nuestras demandas.

Divina Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
concédeme tu clemencia, concédeme tu bondad
y dame pronta solución en mis tristezas y angustias.

Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Santísima y augustísima Trinidad,
te amo, te adoro y te entrego mi ser.

O Trinidad de Amor, Dios de compasión,
me abandono a tu Voluntad Divina,
pues tus tiempos son perfectos
y solo Tú sabe lo que más me conviene,

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo,
gloria a la Santísima e indivisa Trinidad,
como era en el principio, ahora y siempre,
por todos los siglos de los siglos.

Así sea.

Oración a nuestra Señora de la Esperanza para tiempos difíciles



Oh nuestra preciosa Señora de la Esperanza
Sacratísima Virgen María y Madre admirable
adornada de todas las luces del Cielo,
llena de gracia y paraíso de todas las virtudes,
por tu bello espíritu y extrema grandeza
con profunda reverencia te doy alabanzas eternas,
y por ser Abogada incomparable,
auxilio que nos alienta, seguro asilo
y de todos los bienes puerta,
por ser la gran esperanza de nuestras vidas:
en tus brazos me abandono y a tu sombra me acojo.


Oh Virgen Inmaculada, Estrella de la esperanza,
Tú que nos libras de las aguas más violentas,
eres piedra firme de salvaguardia,
refugio contra todos nuestros males y enemigos
y consuelo en nuestras penas e infortunios,
Tú que siempre estas dispuesta
y por tu caridad inmensa eres fuente de aliento,
recibe mis suplicas con interés e indulgencia
y llévalas a los Cielos para que reciban consentimiento.

Madre bendita y excelsa, mi Señora de la Esperanza,
Tú que fuiste enriquecida con miles de dones y gracias
y todos las empleas en beneficio de nosotros tus hijos,
Tú que con innumerables prodigios y milagros
manifiestas lo mucho que te agrada el culto y veneración
que con fervor te damos los fieles en esta tu Imagen Santa,
Tú que nunca desamparas a quien te pide clemencia,
ayúdame a salir de esta desesperada situación,
haz que consiga de la bondad de Dios
urgente remedio para este difícil problema:

(decir con inmensa esperanza lo que se quiere obtener).

Reina grande y Madre tierna de poder y compasión
por las bendiciones con que el Altísimo te colmó
recibe mi plegaria y obtén para mi solución.

Que a través de tu Corazón me lleguen ríos de favores
mucha paz, amor y bendición,
yo te ofrezco en acción de gracias mi adoración de amor,
y porque sé que eres buena
hoy y siempre yo con tranquilidad descanso en Ti,
mi preciosa Virgen de la Esperanza.

Soberana Emperatriz de los Cielos
que tu humildad y entrega ante Dios Padre
marque nuestras vidas y sea ejemplo para nuestras almas,
que tu brillo nos guíe en nuestro camino
y sea nuestro escudo y fortaleza para la felicidad nuestra;
enséñanos a amar, a creer, a tener fe, a esperar contigo
danos esperanza en este diluvio de penas
y en la vida y en la muerte ampáranos Madre nuestra.


Así sea.

Oración a nuestro Dios para la abundancia



“Oh, Dios el creador de este vasto universo, estoy aquí para abogar a favor de mi vida financiera. Que desde parte superior de mi cabeza hasta las plantas de los pies, yo este rodeado por un arroyo de riqueza.


Vierte sobre mí el don de la riqueza, para que yo vea su gloria y proclame su existencia dondequiera que vaya. Y que el ángel del dinero me visite y ponga en mis manos el espíritu de la fortuna, para que todo lo que toque venga a prosperar y lo que sea errado pase hacer acertado. Que el oro y la plata, vengan de las cuatro partes del mundo para que yo sea bendito y tenga muchas posesiones.

Manifiesta en mí tu grandeza y hazme ganar, conquistar y enriquecer, porque tú eres un Dios que suma, multiplica y agrega. Por el poder en nombre de Jesús levanto mi voz y profetizo que a partir de ese momento, el dinero vendrá de todas las direcciones y los aludes en abundancia.

A ahora mi destino está sellado porque soy un hijo (a) de Dios, que creó toda la riqueza del mundo y voy a ser muy rico (a). Dame, oh Padre Celestial, el espíritu de la fortuna y toda su riqueza y abundancia en mi vida, según tus designo, porque para ti Señor todo es posible!, sé que el Señor puede interferir en mi vida y que mi llamamiento para llegar a sus riquezas, vertido en mi vida será concedido. Eso es lo que te pido y determino que pasará, por mi fé en el nombre poderoso de Jesucristo.


Amén”

Oración de Protección con Nuestra Madre del Cielo



Ven Virgen Pura y Bendita! Ven! Virgen María Madre mía. Guerrera Poderosa contra Satanás y los espíritus inmundos que me desean atacar y vencer.


Guerrera de oración, guerrera apoyada por la Corte de Ángeles celestiales, guerrera sostenida por el Espíritu de Dios. Por la Santísima Trinidad elevada a la victoria contra el mal.
Ven Virgen Pura y Bendita!, Poderosa Madre del Universo, ven y guerrea junto a mí, que me siento débil y frágil.

Apoyo mío! Virgen Reina del Cielo, mira que me atacan, me persiguen y me sobresaltan las cosas de este mundo. Protégeme de mí mismo, de mis tendencias al pecado, a caer por las insidias del maligno.
¡Guerrea conmigo! Poderosa Virgen Inmaculada, Virgen Pura y Bendita. Colócate en cada esquina de mi casa, de mi trabajo, de mis lugares de estudio o descanso, donde me encuentre, protégeme, se tú mi fuerza, mi muralla y refugio. Vela por mi alma y mi cuerpo, acúname y rodéame con tu Santo Rosario poderoso y vencedor.

Guerrea a mi lado por los que desean hacerme daño; que tu pecho virginal sea mi escudo, tus manos fuentes de agua pura detengan a mis enemigos, tus ojos luces poderosas los alejen, tus palabras amorosas paralicen cualquier obra maléfica contra mí y mi familia. Tu Corazón Inmaculado me sostenga, tus pies benditos derroten al enemigo que me acecha.

Por el día por la tarde y por la noche, seas Tu ¡Oh! María mi guerrera, mi protección; alza tu Poderoso Manto, ¡Madre mía! y envuélveme en él. Que ahí estoy en el centro del Sí. En el centro de la Encarnación, en Tu Corazón Inmaculado.

Ahí no tendré miedo, ¡Oh! Reina del Cielo, desde ahí envuelto me llevas a las Manos de Jesús.

Confío en que has escuchado mis plegarias, gran Intercesora, quédate conmigo guerrera de mi alma, quédate conmigo hasta que Dios me llame y acompáñame en ese trance, de Tu Mano no me sueltes y sonriendo me deleites.

Madre aquí, Madre allá, Madre Infinita del Verbo Encarnado, que nunca me aparte de tu lado, siempre de tu mano sostenido, siempre de tu mano protegido.

Madre amada de mi alma, te venero, Velo purísimo del Cielo, Oh! Virgen Gloriosa y Bendita! anhelo de los mortales, Amorosa Guerrera mía.

Amén.

Oración para que la luz divina de Dios entre a nuestro hogar



A tu morada Señor vuela mi pensamiento para pedirte
bendigas nuestro hogar por siempre.


Oh señor, mira cuantas ansias tienen nuestros corazones de tu bendición.

Danos padre nuestro una migaja de bondad en cada alcoba,
una sonrisa de luz en cada puerta,
un reflejo de pureza en cada ventana.

Venid pronto padre y señor nuestro, que nuestro hogar está abierto de par en par para recibirte.

Manifiesta tu presencia en cada cerebro de mi familia para que solo exista la armonía.

Permite que lleguen a nuestra morada seres de luz, que irradien con su influencia vivificadora cada rincón de nuestro hogar.

Que aquellos seres de luz que simbolizan la caridad suprema, batan sus alas hermosas para bendecirnos y purificar nuestro aire.

Te pedimos que nos des la fortaleza necesaria para afrontar los problemas de la vida, que nos des la claridad mental para no caer en la tentación.


Llena de fluidos puros nuestro ambiente, y que la energía de
santidad divina llegue a cada rincón y perdure por siempre. Amén.

Oración a La Virgen María para abrir caminos



Reina del Cielo y de la tierra que nos miras con amor,
Hija predilecta de Dios Altísimo,
Madre del Verbo Encarnado
Santísima Virgen María,
Tú que fuiste proclamada por el ángel como la llena de gracias,
derrama tus abundantes gracias sobre nosotros
para que seamos tierra fértil para la Palabra del Señor.


Que por tu maternal intercesión, Madre bondadosa,

podamos alcanzar fortaleza en las dificultades
y serenidad en los fracasos,
esperanza y fe en las luchas de cada día
y acción de gracias por el don de la vida,
regalo de tu Hijo, Jesús resucitado.

Madre amada, Tú que velas por nosotros:
despeja, limpia y abre nuestros caminos,
guíanos con tu esplendorosa luz y ,
allana los problemas, adversidades y angustias
que nos impiden conseguir la felicidad,
apártanos de enfermedades, dolores y padecimientos,
para que con buena salud podamos trabajar y progresar,
aleja todo mal que personas sin escrúpulos
nos haya podido hacer o enviar,
quita todo obstáculo, atadura o bloqueo
que entorpezca y cierre nuestro caminar;
pon un muro que detenga a nuestros enemigos
para que las envidias, los egoísmos y traiciones
no nos puedan dañar ni perjudicar;
quita de nuestra vida los malos amores,
la violencia, la infidelidad y la injusticia,
haz que podamos encontrar el amor bueno y verdadero;
aleja la mala suerte y el infortunio de nuestro lado
haz que la suerte, la abundancia y la fortuna nos acompañen
para que podamos prosperar y tener bienestar.

María poderosa mediadora,
acudimos a ti confiados para pedir nos remedies
todo lo que nos entorpece y cierra nuestros pasos,
 para que nos otorgues tus bondades y beneficios
para que nos concedas lo que pedimos con fe:

(decir lo que se quiere conseguir).

María Madre del Amor y mediadora de los hombres,
acompáñanos y alienta nuestra esperanza,
 líbranos de espinas, dudas, miedos y temores,
destierra de nosotros la injusticia, la falsedad y la maldad;
y consíguenos de tu Hijo alegrías sin fin.

Santa María, Virgen Gloriosa, Dulce Auxilio,
te damos gracias por escucharnos y atendernos,
alcánzanos caminar siempre por los caminos de Dios,
ayúdanos a conservar la pureza de corazón,
bendícenos desde el Cielo
y haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén.